Un estudio científico publicado recientemente en el
número 51 de la revista Environment International (revista indexada en Science Citation
Index y Scopus) respalda la hipótesis de un incremento significativo del riesgo
de muerte por cáncer en las localidades próximas a incineradoras e
instalaciones para la recuperación o eliminación de residuos peligrosos
(García-Pérez et al. 2013: 31).
El propósito de este estudio fue intentar determinar si
podría haber un exceso de mortalidad por cáncer en las ciudades españolas
próximas a incineradoras e instalaciones para la recuperación o eliminación de
residuos peligrosos, según las diferentes categorías de actividades
industriales. Para ello, los responsables del estudio examinaron la
mortalidad causada por 33 tipos de cáncer en aquellos municipios cercanos a
instalaciones de incineración de residuos. Utilizando los modelos de regresión
de Besag, York y Mollié (BYM) con aproximaciones de Laplace anidadas integradas
para la inferencia bayesiana y modelos combinados de regresión Poisson,
evaluaron cuál era el riesgo de morir de cáncer en un área de 5 kilómetros
alrededor de una instalación de este tipo, analizamos el efecto de cada
categoría de actividad industrial y realizamos análisis individuales en un
radio de 50 kilómetros alrededor de cada instalación.
El estudio detectó un exceso de mortalidad por
cáncer (modelo BYM: riesgo relativo, intervalos de credibilidad y confianza del
95%) en todos los municipios próximos a las incineradoras de residuos. En este
sentido, como confirman los investigadores, “cabe destacar especialmente los
resultados relativos a tumores en la pleura, el estómago, el hígado, los
riñones, los ovarios, los pulmones, la leucemia, en el colon o el recto y en la
vejiga, obtenidos en las proximidades de dichas instalaciones” (García-Pérez et
al. 2013: 31).
Las conclusiones del estudio apuntan hacia “un
riesgo estadísticamente significativo más elevado de morir de todos los tipos
de cánceres, tanto los hombres como las mujeres que viven en municipios
situados cerca de incineradoras y plantas de tratamiento de residuos peligrosos
y, concretamente, un mayor exceso de riesgo de padecer tumores en el estómago,
el hígado, la pleura, los riñones y los ovarios (García-Pérez et al. 2013: 42).
Seguramente, los defensores de estas instalaciones,
políticos, empresarios, tecnólogos y banqueros que se lucran con ellas y a costa de la
salud de las poblaciones circundantes, contraatacarán argumentando que este
estudio refleja datos anteriores a la nueva legislación europea en materia de
incineración. Sin embargo, cabe recordar que se trata del mismo argumento que
utilizaron para contrarrestar estudios anteriores durante el periodo cuyos
datos negativos salen ahora a la luz (1997-2006). Políticos, empresarios y tecnólogos implicados también dijeron en su día que
la tecnología era segura, y que la legislación la mejor posible. Pero como demuestra este estudio, mucha gente a muerto de cáncer y otras
enfermedades por la irresponsabilidad y bajeza moral de éstos.
La tecnología y
la ley, como demuestra una y otra vez la historia, ni es infalible, ni la mejor
posible, pero el ego y la prepotencia de
ciertos científicos y la falta de escrúpulos de algunos políticos y
empresarios continua cobrándose vidas humanas. Dentro de unos años se publicarán los datos referentes a este periodo concreto, y por desgracia para nosotros y nosotras echarán por tierra la supuesta seguridad
de las modernas incineradoras de residuos y sus infalibles filtros. Aunque, claro, para
entonces ya habrán sacado una nueva ley y una nueva tecnología desde la cual
poder volver a argumentar que “ahora, con la nueva ley y la nueva tecnología
disponible, eso ya no puede pasar”.
Citar
estudio:
Javier García-Pérez y otros (2013): “La mortalidad
por cáncer en ciudades situadas en las proximidades de incineradoras e
instalaciones para la recuperación o eliminación de residuos peligrosos”, Environment International, 51, pp. 31–44.
Ver
estudio:
Patri Calvo
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